miércoles, 25 de marzo de 2009

Reino Unido reformará la educación primara para adecuarla a las nuevas tecnologías

El nuevo currículo plantea cambios en la forma de impartir las clases y evita duplicidades con fases posteriores.
Fuente: elpais.com
Los niños británicos deberán demostrar el dominio de nuevas herramientas de comunicación como son los blogs, los podcasts (suscripciones a servicios de descarga de audio o vídeo), la Wikipedia o Twitter, según una propuesta de reforma de la educación primaria de la que hoy se hace eco el diario The Guardian.

El nuevo currículo propuesto supondría, en caso de aprobarse, el mayor cambio en la educación primaria del Reino Unido en una década, que pasa de trece a seis áreas: comprensión de inglés, comunicación e idiomas; comprensión de matemáticas; comprensión científica y tecnológica; comprensión humana, social y medioambiental, comprensión en salud física y bienestar; comprensión de arte y diseño.

El plan, elaborado por un antiguo responsable del Ofsted (el organismo que regula los centros educativos británicos), establece además que los niños deben pasar a secundaria tras demostrar el dominio de la blogosfera, Wikipedia o Twitter como fuentes de información y nuevos modos de comunicación que son. Además, se hace hincapié en la necesidad de que los alumnos tengan una buena caligrafía, pero se establece también que sepan escribir en un teclado.

Los alumnos deberán tener la capacidad de situar los acontecimientos históricos que estudien en una línea cronológica y establecer relaciones entre ellos; sin embargo, queda en manos de cada colegio decidir cuáles de esos acontecimientos se estudian. Así, podría darse el caso de que un niño curse primaria sin recibir lecciones sobre la Segunda Guerra Mundial o la época Victoriana en función del colegio en el que esté matriculado, algo que, sin embargo, rechaza el Gobierno que vaya a suceder.

Además, se hará énfasis en el cálculo mental en detrimento del uso de la calculadora. Finalmente, los alumnos recibirán lecciones sobre hábitos saludables de vida, cómo combatir el acoso escolar o cómo relacionarse con otros niños o con su propia familia.

lunes, 23 de marzo de 2009

El cine mejor que la escuela

El escritor canadiense David Gilmour propone una nueva educación sentimental a través del cine en el libro «Cineclub», que cuenta la historia real y conmovedora de un padre que intenta acercarse a su hijo adolescente.

En una entrevista concedida a Efe, Gilmour admite que «Cineclub» (Mondadori en castellano, Empuries en catalán) puede constituir "un manual o guía de cómo tratar a adolescentes", pero en realidad el mensaje que pretende transmitir el libro es que "es importante que cualquier chico pase tiempo con su padre".

La mayoría de problemas que hay en Norteamérica con los chicos adolescentes, añade el autor, suceden por ser "jóvenes que no tienen en sus vidas la figura del padre". El punto de partida de la experiencia fueron las malas notas de su hijo Jesse, incapaz de acabar la secundaria y que comenzó a ausentarse del instituto. Fue entonces cuando Gilmour planteó la disyuntiva a su hijo.

Educación cinematográfica

“Podrás abandonar el instituto, no tienes que trabajar, no tienes que pagar alquiler, puedes dormir hasta las cinco todos los días y nada de drogas", y lo único que le exigió fue ver juntos tres películas a la semana, elegidas por el padre. "Es la única educación que vas a recibir", le dijo Gilmour, quien mantuvo esta estratagema durante tres años, entre los 16 y los 19 años de Jesse.

En esos tres años vieron juntos filmes esenciales. Sobre la validez de esta «educación cinematográfica», Gilmour cree que "no es seguro que la gente podamos aprender algo del arte, pues aprendemos sobre la vida desde la vida misma, pero en nuestro caso las películas, el cine, nos sirvió para estar juntos y a partir de ahí entablar una conversación".

Al respecto, "Cineclub" es "una biografía de la relación entre un padre y su hijo y, en definitiva, una carta de amor de un padre a un hijo", algo poco habitual, porque normalmente los hombres "suelen escribir sobre lo mucho que se enamoran y aman a las mujeres, sobre el deporte que les gusta practicar, pero rara vez escriben sobre lo que quieren a sus hijos". Gilmour aclara que durante los tres años que duró el 'experimento' "jamás se me había pasado por la cabeza escribir un libro y, de hecho, fue Jesse quien me dio la idea".

Consciente de que "Cineclub" ofrece sólo una visión de aquellos tres años de convivencia mutua con el séptimo arte, Gilmour aclara que "si mi hijo hace algo, no será un libro, sino una película, pues ahora está estudiando en la Escuela de Arte Dramático y ya ha escrito un guión, del que saldrá en su caso una historia radicalmente distinta, porque la experiencia vital de nuestros hijos es diferente de lo que nosotros nos imaginamos que es".

Regreso al hogar

Cree el escritor canadiense que "criar a los hijos es concatenar una serie de adioses: adiós a los pañales, a la niñez y finalmente a la casa", pero como le ha recordado el cineasta canadiense David Cronenberg, "los hijos suelen volver". Aunque es cierto que vuelven, como ahora le ha pasado con Jesse después de estar un tiempo en Vietnam, "ya no es un retorno como hijos, sino como invitados", aclara.

Gilmour, que fue crítico de cine durante quince años y llegó a dirigir el Festival de Cine de Toronto, trató de "sacar a Jesse del aburrimiento y del fracaso escolar y proporcionarle una experiencia placentera a través del cine, que era lo único que le gustaba, porque detestaba los libros y el teatro, y si había alguna rendija para introducir algún elemento educativo siempre lo aprovechaba".
Fuente: Diario ABC, Lunes 23 de marzo.

viernes, 20 de marzo de 2009

Entrevista a Alejandro Llano

Entrevista realizada a Alejandro Llano con motivo de la presentación de Olor a yerba seca.

Popular Televisión, programa Frente a frente.

lunes, 9 de marzo de 2009

Olor a yerba seca, Alejandro Llano

Alejandro Llano
Olor a yerba seca
Ediciones Encuentro, Madrid, 2008

«De lo que entonces no fui del todo consciente, y me he dado cuenta con el paso de los años, es que la propia literatura era una causa principal de aquella metanoia. Cuando más me acerque a esa realidad de la literatura como conversión fue con la relectura de El Quijote. La peripecia del Ingenioso Hidalgo, tal como nos la narra Cervantes, es la historia de una conversión. Don Quijote vivía en un mundo de ensueños y apariencias, fascinado por los libros de caballería, y con Amadís de Gaula como decisivo referente de sus aspiraciones. La propia experiencia de sus aventuras, además del diálogo sin pausa con Sancho Panza, le va transformando por dentro. El choque cada vez más lúcido con la realidad, las huellas de sus fracasos y derrotas, así como las alegrías de los gestos de humanidad que con él tienen otros, va dejando en su alma una profunda transformación que sólo se hace realidad a la hora de la muerte».

Me sorprendió gratamente la lectura de La vida lograda, publicada en el año 2002 por el profesor Llano. Mis anteriores intentos de lectura de sus obras se habían cerrado con un auténtico fracaso por mi parte que no por la suya, supongo. Me preguntaba como un brillante escritor y pensador se centraba por completo en sesudos ensayos filosóficos –necesarios por otra parte- lejanos a la compresión del lector medio. La vida lograda rompió mi maleficio. La filosofía bajaba a la arena sin perder su credibilidad. Leer La vida lograda supone encontrar una brújula que indica el camino hacia oasis en terrenos desérticos.

Olor a yerba seca, su última publicación, se lee del tirón, sin interrupciones, porque no se puede abandonar su lectura. Son unas memorias que no son tales. Entre anécdotas, recuerdos personales entrañables, una sinceridad honesta y hondas reflexiones, el profesor Llano obliga a leer con aquella vieja costumbre de tener un lápiz a mano para subrayar frases, ideas o acontecimientos para volver después a ellos con más calma. A la espera de la prometida continuación, en una próxima publicación de Alejandro Llano, me quedo con dos ideas sorprendentes para este mundo globalizado –en el que vivimos- en el que todo está al alcance de un click:

«Ha sido relativamente poco, tras mi encuentro con la obra de Proust, cuando me di cuenta de la íntima relación entre la conversión de la que nos hablan las grandes novelas y la propia literatura llega a producir en nosotros, por una parte, y la pérdida del miedo a la muerte por otra. Durante aquellos años juveniles, me poseía de tal manera el horror a morir que algunas noches prolongaba mis lecturas hasta muy tarde por miedo a quedarme dormido y desaparecer de este mundo durante el sueño. El narrador de “A la recherche” intenta explicar que esa superación del terror al final de la vida terrena se debe a que, al acceder al plano literario, captamos lo eterno en lo transitorio, de manera que comenzamos a la vida “sub specie aeternitatis”. Y con el pánico, van desapareciendo también los sentimientos menos nobles: el afán de sobresalir, la búsqueda afanosa del placer sensible, el deseo de poseer lo que otros tiene e, incluso, el deseo de poseer a los otros, de captar su admiración, de que ellos o ellas respondan con su deseo físico a nuestra sensualidad».

«Me opongo radicalmente a la instrumentalización de la universidad. Observo que hoy en día, en todos los niveles educativos, comienza a regir lo que podríamos llamar mentalidad de Bolonia. Presenta a mi juicio dos aspectos: en primer lugar, el conocimiento no se considera un fin en sí mismo, sino que se utiliza para suscitar competencias, destrezas o habilidades; en segundo término, se impone que sean los empleadores quienes decidan cuál debe ser la orientación de las carreras universitarias, con vistas a preparar a jóvenes profesionales que sirvan dócilmente a las empresas. Ambos planteamientos vienen a coincidir en un declarado pragmatismo que resulta letal para la formación intelectual y que es incompatible con los principios e ideales de la institución universitaria

domingo, 8 de marzo de 2009

Las complicaciones del corazón, Fernado Alberca

Fernando Alberca tiene cosas que contar y el acierto de que se comprende lo que cuenta. Su libro Las complicaciones del corazón supone un acercamiento, pausado y reflexivo, al universo vital de los adolescentes desde una teoría asentada y un conocimiento práctico que ayuda, al lector, a enfocar una adecuada actuación educativa en esta etapa difícil que es la adolescencia.

Siempre recordaré, en los años en que tuve la suerte de trabajar con él en Cáceres, su teoría –no era teoría, quizás sabiduría- del cinco a uno. Por cada cosa negativa –lo pongo en cursiva esto de negativa por aquello de lo políticamente correcto- que digas a una persona, con la intención de corregir una actitud inadecuada, debes haberle dicho antes cinco cosas positivas. Sólo así, esa persona aceptara de buen grado tu consejo. Esto vale para cualquier edad. Mucho más con los adolescentes.

Cuando compré hace ya unos meses su libro Las complicaciones del corazón, enfocado a una adecuada educación de los adolescentes, recordé esa regla y me dispuse, con ilusión, a leer esas nuevas páginas para seguir buscando consejos educativos.

Merece la pena acercarse a este nuevo libro del profesor Alberca. Hace pensar –no es poco eso en este trajín diario que no deja tiempo para la pausa- y te ayuda a concretar ese pensamiento.




Fernando Alberca
Las complicaciones del corazón
Almuzara, Córdoba, 2008





Mal de escuela, Daniel Pennac

Como se señala en la nota introductoria, Daniel Pennac aborda la cuestión de la escuela y la educación desde un punto de vista insólito, el de los malos alumnos. El prestigioso escritor francés, un pésimo estudiante en su época, estudia esta figura del folclore popular otorgándole la nobleza que se merece y restituyéndole la carga de angustia y dolor que inevitablemente le acompaña.

Desde su propia experiencia como zoquete y como profesor durante los veinticinco años que ejerció en un instituto de París, Pennac reflexiona acerca de la pedagogía y las disfunciones de la institución escolar, sobre la sed de aprendizaje y el dolor de ser un mal estudiante, sobre el sentimiento de exclusión del alumno y el amor a la enseñanza del profesor. Mal de escuela es un entusiasta regreso a las aulas, lleno de ternura, humor y sentido común. Un fenómeno editorial en Francia capaz de reabrir el debate de la educación.

El problema, como de costumbre, es plantearse quién está capacitado para reabrir este debate. Quizás aquellos políticos que estén alejados de esa moda dañina, a todas luces , que convierte a la escuela en un cajón de sastre en el que cabe todo -concienciación social, educación cívica y sexual, prevención de todos los males, etc.- y sobra lo más importante: en una escuela se va a aprender.

Puedo uno buscar soluciones a la necesaria calidad de enseñanza en numerosos ensayos y publicaciones que alertan sobre el desprestigio de la escuela. Ofrecen soluciones utópicas pues abundan las propuestas de sesudos intelectuales que no han pisado un aula en sus vidas o que, si lo hicieron, no recuerdan nada y han olvido la realidad de lo que supone dar clase a adolescentes.

Sorprende Pennac en sus sugerencias: Los males de gramática se curan con la gramática, las faltas de ortografía con la práctica de la ortografía, el miedo a leer con la lectura, el de no comprender con la inmersión en el texto y la costumbre de no reflexionar con el tranquilo refuerzo de una razón estrictamente limitada al objeto que nos ocupa, aquí y ahora, en este aula, durante esta hora de clase, ya puestos a ello.


A cualquiera mínimamente sensibilizado con estas cuestiones, le animaría a empezar a leer este Mal de escuela por la página 234 en su epígrafe siete.

Daniel Pennac
Mal de escuela
Mondadori, Barcelona, 2008
Traducción de Manuel Serrat Crespo